Todos conocemos el dolor físico y sus posibles causas, pero el dolor emocional es muy diferente, ya que en éste no se visualizan heridas físicas para poder evaluarlo, ni percibirlo visualmente de manera externa.
Podemos describir el dolor emocional como una experiencia subjetiva, que se siente de manera muy personal e intensa. Entre otras características, destaca por sentimientos fuertes de tristeza, pena, llanto, etc., pudiendo desembocar en un trastorno del estado de ánimo como por ejemplo una depresión.
Son muchas las causas que pueden llegar a provocar dolor emocional, pero también está muy ligado al cuerpo. Porque cuando sufrimos, en general, la salud se altera inevitablemente.
Índice
¿Para qué sirve el dolor emocional?
El dolor posee una función adaptativa y de supervivencia, y por lo general, se suele asociar al concepto de enfermedad. El dolor físico es temido por todos, nos avisa de que nuestro estado de salud está en peligro, y nos informa de que algo no va bien.
Pero junto con el dolor físico, normalmente, suele estar el dolor emocional. De hecho, el cerebro reconoce ambos tipos de dolor desde las mismas áreas, los reconoce desde la misma ubicación, concretamente en la corteza cingular la cual se encuentra en la corteza prefrontal del cerebro humano.
El dolor emocional puede llegar a provocar enfermedades como ocurre con los trastornos psicosomáticos. Al contrario de lo que ocurre con el dolor físico, que suele venir dado por una enfermedad.
Generalmente uno de los efectos más notables tanto en un tipo de dolor como de otro, es el deterioro de la calidad de vida de quien lo sufre.
¿Qué es el dolor emocional?
Se entiende como dolor emocional toda aquella sensación de sufrimiento que se genera a nivel psicológico, sin que necesariamente exista un aspecto físico, puede manifestarse tanto en el cuerpo como en la mente. Si se refleja en el cuerpo, se convertirá en un dolor físico cuyo origen viene dado por un dolor emocional.
El dolor emocional está mediado por acontecimientos intensos, en diferentes grados, que se dan a lo largo de la vida, los cuales provocan una sensación de inestabilidad. Se considera adaptativo, al igual que el dolor físico, pero deriva en un problema cuando se convierte en algo crónico.
Dentro de estos acontecimientos vitales, podemos citar: una separación sentimental, la muerte de un familiar, un despido laboral, problemas económicos, etc. Existen muchas situaciones comunes y cotidianas que nos pueden llevar al dolor emocional. Aunque no siempre es así, ya que también se puede dar tras una situación muy estresante y de carácter traumatizador, como puede ocurrir cuando sucede una violación o un asalto, y esto es algo que se suele ver con frecuencia en el trastorno de estrés post traumático.
El dolor emocional se deja ver en muchos trastornos mentales. Es una sensación muy angustiosa para el enfermo, y muy difícil de llevar, sobre todo para aquellas personas consideradas como más vulnerables. Enfermedades como la depresión o el trastorno límite de la personalidad, se caracterizan por provocar un gran dolor emocional, por ello estos enfermos pueden llegar a caer en repetidos intentos de suicidio.
¿Cómo gestionar el dolor emocional de manera adecuada?
Las emociones existen para ser sentidas. Deben ser liberadas y nunca tapadas, para que no se conviertan en enfermedades. Es importante sentirlas, conocer el por qué se sienten y a qué aspecto nos remite, porque siempre nos indica algún aspecto de nuestra vida susceptible de mejorar.
Aprender de las experiencias es necesario para poder superar aquellas situaciones difíciles. A veces se dan bloqueos que nos impiden de alguna manera sentir ciertas situaciones, y en estos momentos se puede recurrir a un profesional que ayude a una gestión más óptima del asunto, ya que seguro nos ayudará a entender todo mucho mejor.
En todo el mundo emocional hay un proceso inconsciente que debe subir a la superficie de lo consciente para mejorarse y para que nos de claves, que nos ayuden a conocer el origen de ese dolor.
El inicio de la reparación de este dolor emocional debe ser desde el interior al exterior, independientemente de que en la mayoría de los casos, el daño es provocado de manera externa hacia el interior, es decir, de manera inversa.
Formas para tratar el dolor emocional
Por lo general se necesita trabajar este dolor para poder adaptarse a la nueva situación, tras el evento traumático ocurrido. Se recomienda pasar por un duelo, con ayuda profesional, para que el procesamiento de lo ocurrido sea más rápido y ayude a un desarrollo emocional y crecimiento personal, y a un futuro aprendizaje para las demás experiencias difíciles a las que nos tengamos que enfrentar.
Centrarse en las vivencias y emociones positivas ayuda a contrarrestar las experiencias negativas. El apoyo social, los familiares y amigos que poseemos a nuestro alrededor, son clave para sentir que no estamos solos ante nada, que tenemos apoyo y ayuda, y debemos usarlo, como un recurso más.
El dolor emocional no siempre viene por algo real, como una experiencia o situación negativa, de manera que puede ser que nos imaginemos cosas que no hayan ocurrido, y esa realidad paralela imaginaria nos haga sentir ese dolor a nivel emocional. En este caso independientemente de que haya ocurrido algo traumático o estresante, lo que ocurre es que el cuerpo percibe el dolor de la misma forma. No afecta tanto lo que nos sucede, sino lo que nos decimos cuando esas cosas nos suceden.
Las sensaciones que se sienten son muy desagradables, pero es conveniente aceptarlas, ya que negarlas no hará que desaparezcan, y de hecho, esto puede incluso hacer que el dolor se intensifique aún más si cabe. Es necesario pasar por un periodo de transición el cual dará paso a la nueva vida tras la superación del dolor emocional.
Es necesario entender que las emociones son complicadas, pero que tienen un sentido, y son percibidas por un motivo. No hay que avergonzarse cuando lloramos o nos sentimos tristes, ya que es algo normal. Normalizar las ganas de llorar o los momentos inestables emocionalmente, es parte de nosotros, de la vida y del ser humano.
No dudes en buscar ayuda psicológica si te ha ocurrido algo que no logras superar y sientes que no eres capaz por ti mismo de avanzar tras lo ocurrido. Los psicólogos saben cómo actuar y mostrarte los pasos que debes seguir para superar el daño psicológico.
Si necesitas ayuda, desde aquí te invito a ponerte en contacto conmigo, Ángeles Mérida, soy una psicóloga en Málaga que te ayudará en lo que necesites.
Licenciada en psicología por la Universidad de Málaga y amplia experiencia profesional. Especializada en terapia de parejas y otras áreas de psicología para adultos, niños y adolescentes. Número de colegiada AO10397.