Miedo a las profundidades: Batofobia

Miedo a las profundidades

Se puede decir que todos los seres humanos hemos experimentado el miedo, sus sensaciones y consecuencias, en mayor o menor medida. Hoy vamos a hablar del miedo a las profundidades marinas, de adentrarse en el mar y pensar que no se va a poder salir, quedándonos atrapados en algo oscuro e inmenso y sin nadie a nuestro alrededor, sin ningún salvavidas.

Las fobias son miedos irracionales en las que se experimenta una emocionalidad negativa muy intensa, incluso a veces, paralizante. A veces ese miedo puede ser hacia algún objeto o animal, hacia una situación o sensación, etc. De manera que la persona que lo siente evita por todos los medios enfrentarse a ello.

¿Qué es la batofobia?

La batofobia es el nombre que define el miedo irracional a las profundidades acuáticas. Las personas que padecen batofobia, experimentan un miedo muy intenso y una gran ansiedad en aquellos lugares en los que existe profundidad. Si la fobia es muy notable, no es necesario ni que lleguen a encontrarse en el sitio para sentir esas sensaciones negativas, sino que basta con imaginarlo, o con estar en contacto con elementos relacionados con el agua en este caso.

¿Qué síntomas produce la batofobia?

El síntoma más característico de esta fobia es la ansiedad, como ocurre en un gran número de fobias. Esto ocurre aunque la persona sea consciente de que no existe peligro real a que le pase nada malo, bien porque por ejemplo haya gente alrededor que en caso de que pasara algo podría socorrerlo o bien porque no exista profundidad como ocurre en la orilla de la playa o de un río.

Esa ansiedad intensa puede dar lugar a ataques de ansiedad, si no se controla o no llega a tratarse de forma correcta.

Los síntomas que suelen aparecer ante esta fobia se manifiestan a nivel cognitivo, fisiológico y conductual. A continuación vamos a describir que puede llegar a ocurrir en la persona con fobia a las profundidades en cada una de estas áreas.

En lo referente a lo cognitivo se suele apreciar: miedo a morir, miedo intenso a perder el control, incapacidad para expresarse y para vocalizar de manera clara, ansiedad y sensación de estar atrapado y sin opción de que nadie ni nada haga de salvación.

Los síntomas fisiológicos que podemos destacar son: mareos, temblores, sensación de falta de aire, dificultad para respirar, nauseas, sequedad bucal, palpitaciones y sudoración intensa.

Conductualmente se observa mayormente en la persona que padece la fobia los siguientes comportamientos: evitar enfrentarse a la situación temida  a toda costa, escapando o huyendo.

Ante qué situaciones se sufren los síntomas de la batofobia

La persona que sufre de batofobia experimenta este miedo ante aquellas situaciones que percibe peligrosas, como por ejemplo adentrarse en el mar o en una piscina, ver un río, o incluso imaginarse en un ambiente en el que se incluya agua.

Siempre han existido miedos que biológicamente tienen una función para la supervivencia, como por ejemplo el que nuestro sabor ante lo amargo o lo fuerte no nos suela agradar debido a que muchas sustancias tóxicas y venenos poseen un toque de similares características, y ello puede suponer un peligro, o el sabor agrio de la comida en mal estado que se repele por el organismo porque nos puede sentar mal o llegar a causar una enfermedad gástrica.

Las profundidades del mar siempre han escondido cierto temor en los seres humanos, pero es algo evolutiva y biológicamente útil para nuestra supervivencia, así como por ejemplo el miedo a las serpientes o a animales peligrosos que pueden acabar con la vida de un hombre en un segundo.

Pero una persona con batofobia experimenta miedo intenso y ansiedad paralizante incluso en aquellas situaciones en las que se encuentre seguro, y esto paraliza la actividad normal de la vida diaria.

Es normal que alguien que haya experimentado una experiencia negativa relacionada con el agua o en el mar, tenga cierto miedo y recelo, pero lo que distingue la fobia es la intensidad del miedo. El miedo percibido es desproporcionado a la situación, y esa sensación, aun cuando no exista peligro, paraliza y afecta a la persona y a su estado de ánimo.

Los síntomas se pueden dar ante un pasillo largo y oscuro, en un túnel, en una senda de montaña, en una carretera solitaria al anochecer, y similares, es decir, se da el pánico en situaciones en las que no tiene porque existir agua.

Tratamiento psicológico para la batofobia

La batofobia, como la mayoría de las fobias, no suelen comunicarse de manera abierta ante el círculo habitual de amigos y familiares, es algo que se suele ocultar y padecer en privado, sobre todo cuando sus síntomas son intensos. Por norma general las personas que padecen fobias suelen desarrollar estrategias para evitar ciertas situaciones, y cuando acuden a consulta, confiesan haber convivido con esos miedos durante mucho tiempo y prácticamente en silencio.

Acudiendo a consulta psicológica en Málaga, este miedo, como el resto de fobias, se puede tratar y superar, o al menos, minimizar para que no interfiera en la calidad de vida de la persona.

Como en todas las fobias, el objetivo de la intervención psicológica es que la persona se enfrente a la situación temida, poco a poco, y desarrolle estrategias y defensas, de manera que no contemple el escape como respuesta.

La batofobia tiene una característica peculiar, ya que en invierno quizás no afecte demasiado a la vida de la persona, pero en verano puede llegar a ser más incapacitante.

Los tratamientos ante las fobias, deben ser muy personalizados, ya que cada persona se caracteriza por su propias peculiaridades, y los tratamientos e intervenciones tiene que ir enfocados a cada caso en concreto, ya que así se asegura un porcentaje más alto de éxito, y la persona que padece la fobia se encuentra más cómoda y protegida.

Como hemos resumido anteriormente, la persona con batofobia debe saber enfrentarse a los estímulos y situaciones temidas, hasta que consiga habituarse a ellos finalmente, al término del tratamiento.

Causas de la batofobia

Las causas son muy diversas, como en cualquier trastorno psicológico o en concreto al hablar de cualquier fobia. Cada persona al poseer una historia de vida y unas características únicas, puede adquirir la fobia por diferentes motivos. De manera que no hay una causa única.

En el caso de la batofobia, se suele dar por haber tenido una experiencia muy negativa en la que el agua haya sido un elemento determinante. Esta suele ser la causa mayoritaria que da lugar a la fobia en la mayoría de las personas que la padecen.

A veces puede ocurrir, que alguien cercano haya vivido una experiencia traumática con el agua, y se desarrolle un condicionamiento no experiencial en primera persona, la cual haga que se desarrolle la fobia, por estar cerca de ella, o por vivirlo de forma muy negativa cuando se lo han descrito. En este caso no se da la necesidad de vivir algo negativo relacionado con el agua.

Si tienes un problema de estas características y te sientes identificado con lo que hemos descrito en este artículo no dudes en buscar ayuda psicológica.

Ángeles Mérida Psicóloga

Licenciada en psicología por la Universidad de Málaga y amplia experiencia profesional. Especializada en terapia de parejas y otras áreas de psicología para adultos, niños y adolescentes. Número de colegiada AO10397.