Qué es la frustración y todo lo que necesitas saber

Que es la frustracion

Todos hemos escuchado hablar de la frustración en alguna ocasión, pero ¿sabemos realmente lo que es y a qué se refiere? En este artículo te explicamos qué es y por qué se da en las personas la frustración, cómo poder evitarla y cómo aprender a convivir con ella.

¿Qué es la frustración?

La frustración es una emoción que suele darse por lo general, ante situaciones en las que no se llega al objetivo deseado, y no se consigue aquello que se esperaba. Eso nos hace sentirnos fracasados y poco competentes. Cuando aspiramos a una meta, luchamos y nos esforzamos por alcanzarla, el no llegar a ella nos produce estrés, irritabilidad, depresión, etc.

Cuanto más importante sea la meta, mayor esfuerzo y sacrificio plantea, por tanto mayor es la decepción en el caso de que no se consiga. La pérdida de confianza en uno mismo tras un fracaso puede llegar a ser muy destructiva.

Todos en algún momento hemos sentido esa sensación de frustración ante una circunstancia, pero el problema se plantea cuando esa sensación nos impide volver a emprender nuevos proyectos o retos, porque no queremos volver a fracasar, no aceptamos el fracaso desde una perspectiva del aprendizaje y desarrollamos baja tolerancia a la incertidumbre futura incierta y a la frustración.

La tendencia a la frustración se relaciona con personas que siempre han mostrado poca tolerancia a ésta. Todos debemos enfrentarnos a situaciones en las que no podemos prever lo que ocurrirá con certeza, y eso genera incertidumbre, y no todos estamos preparados para soportarla y gestionarla adecuadamente.

Los acontecimientos cotidianos nos pueden llegar a producir manifestaciones de frustración, entre ellos, podemos incluir cosas que se dan con bastante frecuencia, como por ejemplo llegar tarde, encontrar demasiado tráfico de camino a casa, esperar para ser atendido en el banco, etc. Esta frustración no controlada puede ser perjudicial y causar diversos daños.

¿Cómo saber si tengo demasiada frustración?

No todas las personas sienten la frustración de la misma manera, ni con la misma intensidad, pero si podemos destacar algunas características comunes que tienen lugar siempre que ésta florece.

Las respuestas más típicas que suelen notar suelen ser: tristeza, depresión, ansiedad, pérdida de confianza en uno mismo, tics nerviosos, movimientos corporales repetitivos e incesantes, problemas para dormir y para concentrarse, dependencias y habituación a ciertos medicamentos y excitantes como las drogas o alcohol, etc.

Cómo podemos reconocer a las personas con baja tolerancia a la frustración

Por tanto aunque existan diferencias entre las señales que pueden aparecer en una u otra persona con baja tolerancia a la frustración, todos rondan unos puntos en común, de los cuales podemos destacar las siguientes manifestaciones:

  • Procrastinación, o aplazar tareas de forma constante.
  • Impaciencia, ante cualquier tiempo de espera para obtener una respuesta.
  • Exageración de lo negativo, filtro de centrarse solamente en lo más negativo.
  • Deseo de gratificación inmediata, queriendo obtener un beneficio rápido en todo aquello que realicen, o de lo contrario les asaltarán los síntomas.
  • Irritabilidad y enfado elevado ante situaciones estresantes cotidianas, que todos debemos aceptar.
  • Pensamientos del tipo “no puedo con esto o  esto me supera”, piensan que lo que sienten es por cosas que solo les ocurre a ellos.
  • Evitar tareas que puedan producir algún tipo de angustia o alguno de estos síntomas, lo que lleva a mantenerse en una comodidad dentro de la zona de confort.

La frecuencia con la que se siente esta frustración, duración e intensidad, como siempre en psicología, son medidores muy importantes, ya que nos dicen si el problema es leve o está en un punto muy avanzado. Es necesario evaluar el grado en el que se encuentra la persona, para ajustar el tratamiento y determinar las posibles causas, para darle instrumentos útiles que le ayuden a poder resolverlo, trabajarlo y moldearlo.

Estar constantemente bajo este estado es dañino como hemos explicado anteriormente porque puede afectar a todo tipo de complicaciones físicas, a largo plazo todos los aspectos de la vida se verán alterados si no se pone remedio  a estos síntomas y no se gestionan de forma adecuada, llegando incluso a causar enfermedades graves.

Por ejemplo, puede afectar a patrones tan importantes como es el ciclo vigilia-sueño, o alterar ciertos ciclos funcionales del cuerpo a nivel fisiológico como procesos digestivos, producir mareos y cefaleas, entre otros.

La baja tolerancia a la frustración es un problema hoy en día, ya que cada vez nos debemos enfrentar a  hechos que nos producen más ansiedad, debido al ritmo de vida que queremos llevar, y que por tanto la sociedad demanda.

Cómo aumentar la tolerancia a la frustración

El aprendizaje y entrenamiento a exposiciones a las sensaciones descritas disminuirán, con el tiempo, la intensidad de la frustración. Es cuestión de tomar conciencia del problema y comprometerse a mejorar la reacción ante situaciones que producen incertidumbre.

Trabajar las cogniciones que llevan a pensamientos que hacen que aumente la intensidad de los síntomas, será beneficioso para poder controlar la angustia. Los pensamientos del tipo “no puedo esperar más tiempo en la fila”“no pienso volver a intentarlo porque me salió fatal la última vez que lo hice”, se pueden modificar en sentido más positivo para que generen emociones menos catastrofistas.

Puntos claves en todo este proceso es el autocontrol, acotar los pensamientos y exponerse con el uso de estrategias.

Aceptar situaciones difíciles, es imprescindible para poder interiorizar que existen cosas en las que no poseemos ningún tipo de margen para cambiar, por tanto solamente podemos decidir qué actitud tomar ante ellas. Nuestra reacción es lo único que depende de nosotros.

Respirar hondo y relajarse, es una forma de no tomar decisiones precipitadas en momentos de alteración, ya que con la mente nublada no se actúa de forma adecuada. Enfriarse e intentar tomar algo de distancia ayuda a lidiar con la frustración de la que hablamos, calmar cuerpo y mente reducirá los síntomas y ralentizará la aceleración fisiológica producida por el estrés y ansiedad.

Con la práctica y siendo constante en el autocontrol, se consigue mejorar bastante la tolerancia a esas pequeñas situaciones que nos enervan, y con ello conseguimos también ganar confianza y seguridad en nosotros mismos. Reaccionar de una manera más apropiada socialmente y por supuesto más beneficiosa para nuestro organismo y para nosotros, es toda una motivación al menos para intentarlo.

Reconociendo la dinámica que te impulsa a actuar así y corrigiéndola con técnicas y el entrenamiento idóneo, junto con la ayuda y terapia psicológica apropiada, la práctica necesaria para hacerte más tolerante ante la frustración que aportan las adversidades, será mucho más fácil.

¿Qué te ha parecido este artículo? Desde aquí te invito a contactar con mi consulta de psicología en Málaga, te ayudaré en todo lo que necesites.

Ángeles Mérida Psicóloga

Licenciada en psicología por la Universidad de Málaga y amplia experiencia profesional. Especializada en terapia de parejas y otras áreas de psicología para adultos, niños y adolescentes. Número de colegiada AO10397.