En el artículo de hoy vamos a hablar de un tema que quizás en alguna que otra ocasión hayáis podido pensar, pues quizás se os haya pasado por la cabeza pensar que vuestra pareja o alguna persona cercana a vuestro ámbito social puede estar perjudicándoos.
Índice
Qué se entiende por persona tóxica
La gente tóxica se define como personas inseguras y egoístas, las cuales proyectan sus frustraciones en los demás. Se suelen rodear de personas que les permitan avasallar e invadir el espacio personal, absorbiendo y pretendiendo que los demás actúen acorde a como ellos necesitan.
Dentro del proceso de la maduración personal, existen varias fases y cambios, y lo normal es que a medida que pasamos la infancia y la adolescencia, en la edad adulta, ciertos comportamientos se queden atrás y desaparezcan, como por ejemplo el enfadarnos por todo lo que no nos sale bien o el no conseguir todo aquello que deseamos, como cuando somos niños y tenemos pataletas y berrinches.
La ausencia de la maduración emocional de forma completa va asociada a ciertos comportamientos que suelen darse en mayor medida en la edad infantil, cuando aún el desarrollo y la interiorización de ciertos conceptos no están posicionados de manera firme, en la persona.
Este tipo de personas, las personas tóxicas, suelen buscar perfiles de personas de tipo vulnerables, con carencias de tipo emocional y muy sensible. Entablan relación con sus víctimas de forma absorbente, sin respetar sus límites y acrecentando sus defectos y vulnerabilidades. Se aprovechan de personas débiles, las buscan y se acercan a ellas para poder exprimirlas, de alguna manera esta conducta hace que estas personas tóxicas se sientan mejor con ellas mismas, tapando así sus carencias y tratando de compensar sus inseguridades, consiguiendo el efecto contrario en la persona débil, las cuales se sienten más inferiores y débiles.
La persona que se deja llevar por una persona tóxica y cede a su “modus operandi” acaba experimentado emociones negativas y un agotamiento intenso e importante. Sienten como que les consumen la energía y también las buenas vibraciones positivas, dejándolos inmersos en un sobreesfuerzo mental.
Las personas tóxicas siempre van en busca de su beneficio, pero en ocasiones es cierto que pueden llegar a hacer algo por los demás, para luego más tarde poder resaltarlo, es decir, lo hacen no de manera altruista sino con intención de cobrarlo cuando sea conveniente y surja la oportunidad.
¿Qué características posee una persona tóxica?
Suelen ser personas muy absorbentes, y demandan continuamente cosas a las personas con las que tratan, son asfixiantes y acaparadoras cuando persiguen un objetivo. Presionan a las personas para que hagan lo que ellos deseen, acorralándolas para ver hasta dónde pueden llegar.
Sobrepasan los límites del espacio tanto físico como emocional, no les importa hacer daño para poder conseguir aquello que buscan y necesitan. Les gustan y de alguna manera necesitan pensar que controlan y manejan a las personas, así se sienten fuertes y seguros de manera falsa, porque dentro de toda esa fachada se esconden sus inseguridades y vulnerabilidades reales.
Sus relaciones son con personas que siempre ceden a sus peticiones y están dispuestas a hacer todo lo que se les pide. Hay algunas personas que pueden llegar a soportar este tipo de conductas de forma continua por distintos motivos, en la mayoría de los casos suele ser por amor, por tener una relación estrecha de amistad con ellas o por ser un familiar cercano.
Siempre culpan a los demás o a las circunstancias externas, y sus víctimas siempre suelen ser el blanco perfecto para las acusaciones de todo aquello que les sale mal. Ellos nunca son honestos para reconocer que se han podido equivocar o que han podido cometer algún error.
Se desahogan con la primera presa accesible que encuentren, desechan sus frustraciones e inseguridades en ellos haciéndoles creer que son ellos los inferiores.
Son incapaces de ofrecer apoyo emocional, a no ser que sigan un interés y lo hagan por perseguir un fin, por lo general, no suelen transmitir empatía ni ofrecer ayuda a nivel sentimental.
Una de las sensaciones clave para poder saber si estamos ante una persona de estas características, es cuando tras haber estado un rato con ellas, al quedarnos solos, sentimos un gran alivio, así como enfado, o pensamos y recordamos todo aquello que ha podido decir y que nos ha sentado mal, si es así, es muy probable que hayamos estado con una persona tóxica.
Es bueno identificar a estas personas para poder estar prevenidos ante sus ataques, desarmándolas y no dejando manipularnos por ellas bajo ningún concepto.
Qué tipos de gente tóxica nos podemos encontrar y cómo se comporta una persona tóxica
El patrón de una persona tóxica suele ser, como hemos dicho, el de personas absorbentes, manipuladoras, narcisistas, que suelen criticar a los demás en exceso, victimistas, que pretenden siempre salirse con la suya, buscan su beneficio a toda costa aunque dañen a los demás, agresivos, etc.
Aun teniendo el mismo perfil, es posible que unas destaquen más por unas cualidades que otras, por ejemplo, hay personas tóxicas las cuales se definen más por ser sobre todo agresivas o manipuladoras.
El objetivo de cualquier persona tóxica que se precie es descalificar y menospreciar a sus víctimas, haciendo que se crean menos y convenciéndolas de que tienen menos derecho que los demás.
Cómo enfrentarse a personas tóxicas
Lo recomendable es una vez que identifiques a la persona tóxica por los comportamientos que aprecies, los cuales en su mayoría hemos descritos anteriormente, es tratar de cortar de raíz pero de la mejor manera posible, la relación tóxica con esa persona, estableciendo límites y marcando barreras que le hagan saber que tú conoces tus derechos y que no estás dispuesto a que nadie te pisotee ni te haga hacer nada que tu no quieras hacer. Hablar de lo que nos molesta y razonarlo con un por qué, podrá ser el principio para tratar de cambiar la dinámica de la relación tóxica, intentando así que todo cambie, por parte de la persona tóxica, con la intención de darle la vuelta o al menos modificarla hasta llegar a tener algo más cercano a una relación sana, en la que la asertividad y la igualdad de condiciones sea lo principal.
Si esta opción no da los resultados esperados, es importante plantearse que lo más sano es alejarse de esa persona, de forma radical y sin mirar hacia atrás, por nuestro propio bienestar, como forma de marcar un límite a nuestra salud mental.
Es muy importante comprender que las personas tóxicas sólo intoxican y atropellan a quien se dejan, es decir, a quien pueden, y no a quien ellos quieren. De ti depende que ellos consigan sus objetivos, si les dejas y no te enfrentas a ello, será difícil que desistan en su intento.
La mejor arma para enfrentarse a las personas tóxicas y a sus comportamientos intrusivos es negándoles todo acceso a nuestra intimidad, no hacer caso a ninguno de sus comportamientos y no entrar en su juego nunca.
Hay que tener en cuenta que estas conductas solo esconden miedos e inseguridades en las personas que las llevan a cabo. Suelen tapar traumas y situaciones desagradables que han hecho difícil el normal desarrollo de ciertas capacidades en la persona.
En cualquier caso y lejos de pretender juzgar a nadie, partiendo de que todos somos iguales, cada uno de nosotros tenemos la responsabilidad de comportarnos como deseamos y no como las consecuencias de nuestras experiencias o la educación y aprendizaje de otros han querido, y de igual manera, todos decidimos como afrontar las situaciones, por eso tenemos derecho a no querer tener ningún tipo de relación con una persona que se muestra tóxica y no pretende cambiar.
¿Qué te ha parecido este artículo? Si actualmente piensas que junto a ti tienes a una persona tóxica, estaré encantada de ayudarte desde mi consulta psicológica en Málaga, también puedes concertar una cita y hacer la terapia online. Me adapto a ti y a lo que necesitas.
Licenciada en psicología por la Universidad de Málaga y amplia experiencia profesional. Especializada en terapia de parejas y otras áreas de psicología para adultos, niños y adolescentes. Número de colegiada AO10397.