Trastornos de alimentación: tipos, casos y tratamiento

Trastornos de alimentación

Los trastornos de alimentación son alteraciones en la forma y hábitos de alimentación, debido a que el paciente se obsesiona con su peso, con su imagen y con la comida. A raíz de esto desarrollan patrones muy perjudiciales para su salud, tanto física como psíquica.

Son desórdenes alimentarios muy graves, y en parte vienen impuestos por el modelo de sociedad que hemos cultivado, en la que se estila ciertos patrones de belleza ideales, y eso hace que la valoración de uno mismo se vea muy alejada del canon estético a la hora de compararnos. Al ver este escalón entre lo que hay en la sociedad y lo diferente que podemos llegar a ser nosotros, se intenta encajar en los patrones establecidos a toda costa y es cuando subyacen los problemas emocionales y psicológicos.

Así se desarrollan los distintos trastornos de alimentación como la anorexia o bulimia. Se ocasionan por adquirir ciertos hábitos alimentarios muy peligrosos, ya que pueden llegar a causar hasta la muerte en el peor de los casos.

¿Cuándo se puede dar un trastorno de alimentación?

La mayoría de estos trastornos suele darse en la adolescencia y es más frecuente en las mujeres. El inicio de estos trastornos suele darse por una falta de aceptación del físico, ya sea por exceso  o por defecto, así que se comienza a actuar en consecuencia. Si una adolescente se ve demasiada gorda, se compara con las modelos y no se gusta y se marca el objetivo de tener en estas famosas un referente, hará lo posible para conseguirlo.

Esta insatisfacción con el aspecto físico suele tapar otros muchos factores que hacen que la persona realice la conducta necesaria para poder lograr el objetivo al límite, poniendo en juego su salud.

Factores de riesgo

  • Depresión, ganas de llorar, tristeza, ansiedad, estrés y sentirse sola.
  • No encajar en el grupo de amigos.
  • Percepción de falta de control.
  • Tendencia a compararse negativamente con los demás.
  • Características de personalidad con tendencia al perfeccionismo.
  • Baja autoestima.
  • Patrones de comportamiento impulsivos.
  • Ciertos desequilibrios de tipo hormonal, fisiológico o neuronal.

Existe una mayor probabilidad de padecer estos trastornos alimentarios si existen antecedentes familiares con dichos trastornos o con otros trastornos psicológicos. También es probable su aparición en personas con falta de relaciones sociales o con relaciones conflictivas, aquellos que han sufrido abusos o traumas, y los que manifiestan una dificultad en la expresión de sentimientos y emociones.

Los cánones de belleza asociados a la delgadez y la creencia social que va unida al físico la cual comprende al éxito y a la felicidad, ha estado siempre en el punto de mira por considerarse nociva en aquellas adolescentes que han optado por seguirlas arriesgando su salud, y entrando en un círculo difícil de salir.

Como hemos mencionado con anterioridad, los trastornos de alimentación son más frecuentes en mujeres y aunque puede darse a cualquier edad, la mayoría se origina entre la adolescencia y los inicios de la vida adulta, aproximadamente entre los 15 y los 25 años. El tener o haber tenido algún tipo de alteración a nivel psicológico como ansiedad o depresión, incrementa aún más la posibilidad de padecer estos síntomas, así como los antecedentes familiares, es decir la aparición de dichos síntomas en familiares.

Existen algunas actividades profesionales muy relacionadas con el cuidado del físico, en las que se exige ciertas dietas y nivel de ejercicios, esto se traduce en un elevado estrés, y unidos a la tendencia a la perfección y al objetivo de ser el mejor, todo ello se hace un compendio perfecto para que se dé un trastorno alimentario.

Síntomas

Los síntomas difieren según se diagnostique un trastorno u otro, ya que, dentro de la tipología de los trastornos de alimentación, las manifestaciones pueden variar, pero existen síntomas y comportamientos comunes.

Estas señales pueden estar avisando de que existe o puede existir un trastorno de alimentación:

  • Obsesión por la alimentación, por un único tipo de comida o por leer todas las etiquetas de todos los productos y estipular criterios incluyentes o excluyentes aptos para consumir o no.
  • Comer a escondidas, para que nadie observe, y a deshoras.
  • Seguir dietas estrictas.
  • Mirarse continuamente al espejo y resaltar defectos físicos.
  • Realizar ejercicio físico en exceso y de forma constante.
  • Retraimiento social, aislamiento y distanciamiento con familiares y amigos. Las relaciones se reducen, y los temas dominantes son las dietas, el aspecto físico, el deporte y similares.
  • El centro de la vida se convierte en el aspecto físico, el objetivo es conseguir un cambio y se hará todo lo necesario para ello.
  • Se ponen excusas para no comer, se omiten o se saltan comidas. Paralelamente tienen atracones de comidas y de dulces.
  • Se suelen comer alimentos y comida distinta al del resto de la familia, y complementos alimenticios como vitaminas y laxantes.
  • Suelen sentir irritabilidad, depresión ansiedad, vergüenza, culpa, y sentimientos similares.

Tipos de trastornos de alimentación

Existen varios tipos de categorías que se incluyen dentro de los trastornos de alimentación. De entre ellos lo que más se suelen dar son los siguientes:

Anorexia Nerviosa:

Las personas que se incluyen en este trastorno tienen una percepción sesgada acerca de su físico, se ven gordos, e incluso obesos. Esta imagen de sí mismos les lleva a no comer, debido al miedo que le genera el pensar que pueden seguir engordando.

Esta percepción errónea es muy peligrosa, porque las personas pueden estar delgadas en extremo y siguen viéndose gordas, así que actúan según su idea de estar obesos. Intentan seguir perdiendo peso, haciendo ejercicio físico sin medida, evitando todas las comidas posibles, provocándose el vómito cuando ingieren algo y usando laxantes.

Bulimia nerviosa

En este caso, las personas que padecen bulimia suelen comer en exceso. Ingieren cantidades muy grandes de alimentos y luego proceden a la realización de la purga, provocándose el vómito.

La bulimia nerviosa se caracteriza por la alternancia de periodos de ingesta y otros de purga. Cuando comen en exceso durante un periodo de tiempo, se sienten mal y avergonzados posteriormente, por lo que eso les lleva a iniciar un periodo en el que realizan un intenso ejercicio físico, apenas comen y se provocan el vómito.

Trastorno por atracones

En este subtipo de trastorno de alimentación, se realiza el mismo ciclo que en la bulimia en la fase de atracones, de manera que se introduce en el cuerpo grandes cantidades de alimentos sin medida, pero sin llegar a la realización de la purga.

Por norma general los que padecen este tipo de trastornos suelen estar por encima de su peso, tener sobrepeso y en ocasiones suelen llegar a la obesidad, y al peligro de este trastorno se une el riesgo de padecer problemas cardiacos, y asociados.

Ortorexia

Este tipo de trastornos de alimentación es uno de los menos frecuentes hoy en día, pero cada vez se conocen más casos. Se caracteriza por la obsesión de comer comida sana, y rechazar todo tipo de comida que se considere mala o no saludable, como ciertos tipos de carnes o las grasas.

Comer sano está bien, y es recomendable, pero las personas que en este apartado describimos, priorizan por ciertas ideologías y no tienen en cuenta que el cuerpo del ser humano necesita ciertos nutrientes para poder sobrevivir que sólo se pueden obtener con determinados alimentos. De manera que se dañan en pro de su ideología. Aquí podemos citar a algunos veganos extremos, que no contemplan en su dieta la ingesta de ningún alimento que provenga de un animal, y esto se refleja en la pérdida de nutrientes que padecen.

Vigorexia

En este trastorno hay también una obsesión por el desarrollo de una vida sana, al igual que ocurre en la ortorexia, pero en este caso la obsesión de centra más en el ejercicio físico. Dedican mucho tiempo a sus entrenamientos, y no contemplan como opción saltarse la rutina, como ejemplo podemos citar a gente que se va a hacer ejercicio en pleno verano a la calle en las horas más centrales del día donde hace más calor.

Tratamiento

Los trastornos de alimentación son muy graves, ya que entrañan un peligro físico enorme, y deben ser tratados como cualquier otro trastorno psicológico. Es importante que se identifiquen a tiempo y se puede buscar ayuda de inmediato.

El tratamiento multidisciplinar es la mejor opción en estos casos, y la coordinación de los diferentes profesionales que se precisen (psicólogos, médicos, nutricionistas, enfermeros, etc.) abordando así el problema.

El tratamiento hospitalario suele funcionar muy bien en los trastornos alimentarios, ya que en las primeras fases de la recuperación si el paciente permanece en casa necesitará de la atención constante de alguien para que pueda controlarle y vigilarle. En los centros de día y hospitales destinados a la recuperación de estos pacientes los trabajadores se encuentran muy preparados y formados para lidiar con las recaídas y los momentos críticos. La ayuda familiar es muy beneficiosa para el paciente, el apoyo en las actividades, las visitas y la inclusión en las terapias cuando se solicita, le da una visión al paciente de que los demás desean su recuperación y mejoría.

Trabajar los hábitos de alimentación, los problemas psicológicos que han llevado a la sintomatología, y las consecuencias posteriores, como pueden ser sentimientos de depresión, ayudan a estabilizar todas las áreas de la persona.

La terapia grupal e individual se ha apoyado en numerosos estudios ya que va transformando las ideas del paciente inclinándolas hacia la objetividad, y a una aceptación de la imagen que nos caracteriza a cada uno de los seres vivos como lo puede ser un rasgo de personalidad o un tic nervioso, haciéndonos únicos. ¡Contacta!

Ángeles Mérida Psicóloga

Licenciada en psicología por la Universidad de Málaga y amplia experiencia profesional. Especializada en terapia de parejas y otras áreas de psicología para adultos, niños y adolescentes. Número de colegiada AO10397.

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